En el envío anterior expresé mi preocupación por el impacto que el streaming y las redes sociales están teniendo en la vida sinagogal liberal. Hace dos años escribí un breve ensayo sobre el tema para mi Maestría en Estudios Judaicos, que quiero compartir en versión resumida y puede leerse de forma completa aquí.
Windmueller y Wolfson: nueva era, nuevas oportunidades
En su artículo de 2021 “The Future of the Synagogue Post-Pandemic”, Ron Wolfson (uno de los principales autores contemporáneos en el campo de la sociología de las comunidades judías) manifiesta una serie de puntos que considera prácticamente inexorables, entre ellos que
a) los servicios religiosos serán transmitidos online;
b) las sinagogas sufrirán un proceso de descentralización;
c) los modelos de membresía continuarán evolucionando; y
d) surgirán congregaciones de carácter internacional.
Si bien el autor procura limitarse a la descripción de lo que considera un escenario futuro, podemos adivinar una visión optimista respecto de la incorporación de la tecnología y los recursos online a la vida judía. Este enfoque es replicado en el artículo “The Rise of the Online Synagogue” (2022), de Wolfson y Steven Windmueller, autor especializado en asuntos comunitarios judíos contemporáneos. Los autores mencionan una serie de ejemplos de propuestas online de comunidades, y cómo judíos que pre-pandemia no asistían a ninguna sinagoga, comenzaron a formar parte de las distintas propuestas virtuales.
Podemos sintetizar esta postura de los autores mencionados como “positivista-evolutiva”: así como históricamente el judaísmo ha acompañado los cambios históricos sociales y técnicos, la incorporación del streaming no es la excepción y eventualmente se consolidará una nueva forma de vida judía que normalice las interacciones virtuales.
Voces de disidencia: las visiones de Harrison Warren y Suissa
A fines de enero de 2022 un artículo de opinión en el New York Times expresó la preocupación por el potencial factor deshumanizante de las experiencias religiosas online. Con el contundente título “Why churches should drop their online services”, Tish Harrison Warren (pastora anglicana y autora de varios libros sobre religión) expresa la preocupación por un modelo religioso en el que el contacto presencial y fundamentalmente el cuerpo estén fuera de la ecuación:
Para estos nativos digitales, las obstinadas maravillas analógicas de la piel, los apretones de manos, los abrazos, el pan y el vino, las caras, los nombres y las conversaciones espontáneas son parte de lo que los intrigaba y los mantenía yendo a la iglesia. Lo principal que la iglesia tiene para ofrecer al mundo ahora es recordarnos a todos cómo ser criaturas humanas, con toda la encarnación y los límites físicos que ello implica. Necesitamos aceptar ese llamado contracultural. [Traducción propia]
Ya dentro del mundo judío, David Suissa (editor del popular período online Jewish Journal y autor de diversos artículos en defensa de Israel y el mundo judío en general) se muestra escéptico de los recursos online como estrategia de continuidad judía. En su artículo “How Will Synagogues Reinvent Themselves? (Hint: It Won’t Be with Zoom)” Suissa apunta al rol de la sinagoga no sólo como espacio litúrgico, sino fundamentalmente como ámbito social. En este sentido podemos señalar un aspecto específico de la sinagoga en tanto espacio de validación de identidad minoritaria.
Afirma Suissa que es innegable el aporte de los recursos digitales a la educación judía, volviéndola accesible y económica. El problema radica en la seducción que este mundo no sólo ejerce previsiblemente sobre los congregantes, sino sobre los propios líderes religiosos. Cuando tu público es el mundo entero, es fácil olvidarte del público que vive en la otra cuadra, expresa el autor. Otro de los puntos centrales del artículo es la idea de que la tecnología debería ser un medio para incentivar a concurrir a la sinagoga, en lugar de alejarla. Es interesante señalar cómo a pesar de centrarse en la vida religiosa judía, Suissa incluye al igual que Harrison la idea de contraculturalidad:
Cada parte de nuestras vidas, desde el trabajo hasta el juego y la socialización, ya se consume con conexiones virtuales, y solo se está acelerando . . . Las sinagogas pueden y deben convertirse en el antídoto comunitario contra todo lo virtual; deberían ser la fuente, el último bastión de conexiones humanas reales. [Traducción propia]
Una nueva vida judía
Habiendo explorado diversas opiniones en relación a la digitalización de la vida judía, ofrecemos algunas ideas acerca de posibles escenarios futuros:
Liberalismo digital, ortodoxia analógica. Factores ideológicos, normativos y geográficos probablemente contribuyan a que crecientemente encontremos una polarización entre comunidades judías liberales y ortodoxas respecto de la inclusión de modalidades educativas y religiosas online.
¿El fin de las pequeñas comunidades? La capacidad de generación de contenido online de calidad de comunidades centrales atraerá a un número significativo de miembros de comunidades más pequeñas, lo que podría conllevar al cierre de este tipo de organizaciones.
Ceremonias “HD”. En el afán por captar cada vez más espectadores, las comunidades comenzarán a adaptar sus ceremonias religiosas a los estándares de forma y contenido del streaming, lo que puede suponer drásticas modificaciones no sólo estéticas sino normativas de los formatos litúrgicos tradicionales.
“Fast food” espiritual. En un mercado cada vez más saturado de oferta educativa y religiosa de contenidos judíos, muchas comunidades optarán por apostar a la masividad mediante propuestas centradas en la superficialidad y brevedad en sus streamings.
Conclusiones
La mayoría de las comunidades judías liberales continuará la modalidad online en sus actividades religiosas y educativas. Cabe preguntarse si la masividad permitirá una experiencia lo suficientemente significativa para sostener la identidad judía sin la corporalidad que implica la presencialidad.
Respecto de la ortodoxia y aquellas comunidades liberales que elijan limitar su propuesta online, afirmarse como espacios contraculturales puede resultar una atractiva propuesta para quienes compartan la preocupación por la deshumanización digital y busquen el encuentro presencial.
Sin lugar a dudas el sector más perjudicado por este nuevo escenario será el de las comunidades liberales pequeñas, cuyos miembros seculares mayoritariamente optarán por modalidades online, pero encontrarán en los contenidos de las comunidades grandes productos mucho más elaborados. No sería de extrañar que estas pequeñas instituciones sean eventualmente absorbidas por las comunidades grandes.
Este ensayo fue escrito hace dos años, y al menos hasta el momento las predicciones arrojadas han sido cumplidas: un judaísmo liberal cada vez más virtual, comunidades pequeñas incapaces de competir con los “gigantes mediáticos”, y una juventud acercándose cada vez más a propuestas de corte ortodoxo por su énfasis en una corporalidad hoy en día contracultural. En el próximo envío voy a proponer una posible forma de limitar la virtualización de la vida judía liberal, centrada en una política de “desarme” del streaming.
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Jonathan Kohan es Cantor Sinagogal, Profesor de Estudios Judaicos y Lic. en Psicología. Trabaja como profesional independiente en Argentina y los Estados Unidos.